Allá por los comienzos de la era de las laptops, las expectativas de los usuarios respecto de lo que las laptops podían hacer –o deberían poder hacer– eran relativamente modestas. En pocas palabras, querían una computadora que pudieran transportar de su casa a la oficina, o de viaje en avión. Debía contar con Windows, ciertos componentes de software básicos, como Microsoft Office, y algunas horas de autonomía de batería. Claro que, por ese entonces, nuestras expectativas respecto de las computadoras en general tampoco eran tan sofisticadas. ¡Pero cómo ha cambiado todo!
Hoy se espera de una laptop lo mismo que de una PC de escritorio, ¡y vaya si se esperan cosas de ambas! Arranque rápido, batería de 10 horas de autonomía o más, diseño ultradelgado y ultraliviano, y compatibilidad con gráficos de nivel HD... por mencionar solo algunas de las características que no pueden faltar para la mayoría de los usuarios de laptops. En el caso de los aficionados a los juegos, habría que agregar otra: Una tarjeta gráfica de alto rendimiento.
En teoría no. Toda computadora tiene una CPU (unidad de procesamiento central), que se encarga de las tareas de procesamiento principales. Esta CPU sirve para todo, desde navegación web hasta operaciones en hojas de cálculo y juegos. Pero cuanto más se le exija, más lento funciona. Si se le exige demasiado –un juego con mucho gráfico, por ejemplo–, la lentitud podría ser extrema.
Cuando esto sucede, el juego se entrecorta y los comandos tardan en ejecutarse, entre otras cuestiones que hacen que la experiencia no se disfrute en lo más mínimo. Hay casos en los que la CPU directamente no funciona para el juego. Con una laptop con tarjeta gráfica, las imágenes más pesadas son procesadas por un chip dedicado, lo que mejora considerablemente la fluidez del juego y la resolución a la que se muestra.
Pensémoslo así: Podemos usar el teléfono para escuchar música... ningún problema con eso. Incluso cuenta con un altavoz integrado, por lo que podemos escuchar música aun sin auriculares. Pero ese altavoz diminuto en realidad no cuenta con el nivel de potencia suficiente como para disfrutar del sonido que más nos gusta si lo utilizamos como fuente principal. Lo que deberíamos hacer es conectar el teléfono a un sistema estéreo de tamaño estándar, o incluso a un altavoz Bluetooth de tamaño aceptable, para hacer que nuestra música favorita invada la sala con una calidad de sonido excepcional. Eso es básicamente lo que hace una laptop con tarjeta gráfica, pero, en vez de con el sonido, con las imágenes en pantalla.
De hecho, si nos preguntamos cuál es la diferencia entre una GPU y una tarjeta gráfica, en lo que a laptops respecta, básicamente son lo mismo. Sí varía un poco en el caso de las PC de escritorio. Hoy ya no es una cuestión de si "realmente se necesita una tarjeta gráfica en la laptop", sino de "qué tarjeta gráfica es la más conveniente para la laptop".
Hay dos tipos de tarjetas gráficas para laptops, y tres empresas proveedoras principales. En primer lugar, están las "tarjetas gráficas integradas". Este es el caso en el que la CPU y la GPU son como las dos caras de una misma moneda. Comparten recursos, como memoria, y ocupan espacio de la misma placa madre.
Dependiendo de la laptop de que se trate, la tarjeta gráfica integrada podrá ser Intel o AMD –la que hubiera desarrollado la CPU de la laptop. La principal ventaja de la tarjeta gráfica integrada está asociada al costo. Es mucho más económico producir una laptop con tarjeta gráfica integrada. Pero la naturaleza de recursos compartidos de la tarjeta gráfica integrada hace que le sea imposible ofrecer el mismo nivel de rendimiento que una laptop equipada con una GPU del segundo tipo mencionado anteriormente: una tarjeta gráfica discreta.
Básicamente son dos las empresas que desarrollan tarjetas gráficas discretas para GPU de laptops: AMD y NVIDIA®. Seguramente, en más de una oportunidad, habremos oído los términos "Radeon™" y "GeForce®". Muy probablemente se estuviera hablando de tarjetas gráficas discretas. Las tarjetas gráficas discretas son tarjetas físicamente independientes de la placa madre de la computadora, y cuentan con su propia memoria dedicada (denominada "VRAM" o "video RAM"). No necesitan "tomar prestado" ningún recurso de la CPU, por lo que su capacidad para procesar y representar gráficos depende mucho menos de la velocidad de la CPU y de la memoria RAM disponible. Muchas de las GPU discretas incluso vienen con su propio sistema de enfriamiento, por lo que no dependen estrictamente de los ventiladores de la laptop.
Y, por si aún no queda del todo claro, lo decimos... Si eres de los más fanáticos de los juegos, ni siquiera querrás considerar una laptop con tarjeta gráfica integrada. Claro que al ser más complejas, las laptops con tarjeta gráfica discreta también son más costosas que sus contrapartes con tarjeta gráfica integrada.
La convención de nombres de Intel para sus CPU es bastante directa: Core i3, i5, i7, con cierta información adicional respecto de la cantidad de núcleos y velocidad de reloj (2.4 GHz, por ejemplo). La serie i3 está pensada solo para las funciones de PC más básicas, mientras que la i5 ofrece un rendimiento optimizado, y la i7 actualmente es la tope de gama.
La convención de NVIDIA® y AMD es muy similar respecto de los nombres de sus GPU para laptops, pero no es tan obvia. Es así:
Las tarjetas gráficas para laptops GeForce® de NVIDIA® se identifican con las letras GT o GTX. La serie GT está pensada para funciones de gráficos básicas, incluido algún que otro juego, pero nada demasiado pesado.
La serie GTX ya es cosa seria. La secuencia GTX aparece seguida de un número de tres o cuatro dígitos –por ejemplo, 1060, 980 o 680–, donde el primer dígito (o los dos primeros en una secuencia de cuatro) representa la generación de GPU, y los dos últimos indican el nivel de rendimiento de la generación en cuestión.
En generaciones anteriores, los últimos dos dígitos iban del 10 al 80 para indicar, respectivamente, una tarjeta gráfica para laptop de nivel básico –GTX 910, por ejemplo–, o el chipset gráfico móvil más potente de la empresa –GTX 980. Pero con el lanzamiento de su serie más reciente –la serie "10"–, NVIDIA® parece haber simplificado bastante las cosas. La GeForce® GTX 1050 ocupa el nivel más bajo en la escala de rendimiento, y la GTX 1080 encabeza la lista.
La convención de nombres de AMD para sus tarjetas gráficas para laptops ha ido evolucionando permanentemente. Sus GPU para el consumidor solían comercializarse con el nombre Radeon™, con designaciones de chips como R3, R5 y R9, que indicaban el nivel de rendimiento general de la GPU, y un número de tres dígitos que correspondía a la generación y al rendimiento; por ejemplo, AMD Radeon™ R9 300. Pero la empresa acaba de incorporar una submarca, "Vega", a su portafolio de GPU, que podría causar cierta confusión.
Entre las GPU AMD para laptops pensadas para juegos se incluían la Radeon™ RX serie 500X, con la RX 540X como nivel básico y la RX 580X como la de mejor rendimiento. La serie RX Vega se lanza al mercado durante el segundo trimestre de 2018 y actualmente representa la GPU tope de gama respecto de las GPU AMD para laptops, aunque aún no es común ver laptops con este tipo de tarjeta gráfica.
Cabe aclarar que AMD también emplea el nombre "Vega" para sus tarjetas gráficas integradas. Por ejemplo, una laptop con una CPU Ryzen de AMD y tarjeta gráfica Vega sería un modelo de gama baja, y no uno con tarjeta gráfica de las más potentes (de ahí la posible confusión).
Las mejores tarjetas gráficas para laptops de NVIDIA® y AMD son:
Es importante destacar que estas dos tarjetas gráficas no son comparables en términos de rendimiento real, con la GTX 1080 superando por mucho la RX Vega 56 en las pruebas de referencia más comunes.
Entre las tarjetas gráficas más sólidas de gama media se encuentran:
Respecto del rendimiento real de la tarjeta gráfica para laptops, podría decirse que la GPU propiamente dicha es el componente más importante. Pero por mejor que sea la CPU con la que se cuenta, los resultados no pueden ser óptimos si no se cuenta también con una buena memoria RAM, también en el caso de las GPU es clave contar con el nivel de memoria (VRAM) adecuado.
Contrariamente a lo que sucede con la memoria RAM convencional, la memoria VRAM para tarjeta gráfica no puede ser ampliada, de modo que es fundamental asegurarse de que haya suficiente VRAM para la tarjeta gráfica elegida para una inmejorable experiencia en juegos. Al adquirir una laptop con tarjeta gráfica de primera línea, como GTX 1080, por ejemplo, la memoria VRAM ya suele venir potenciada al máximo posible (en este caso sería de 8 GB). En el caso de tarjetas de nivel superior, como la GTX 1060, seguramente haya opción, entre 3 o 6 GB, por ejemplo. Se recomienda consultar foros en línea particularmente sobre los juegos que a uno más le gustan para ver qué están usando otros. Quizás descubramos que no debamos gastar ese dinero extra en VRAM adicional, si es que a otros los juegos les funcionan bien sin haber agregado memoria, por ejemplo.
Si bien es técnicamente posible ampliar la tarjeta gráfica de una laptop, dependiendo de la laptop de juegos, y de la tarjeta de que se trate, podría ser muy difícil e incluso podría invalidar la garantía del fabricante. Si se piensa que más adelante se va a pretender más potencia para gráficos, lo más sensato sería adquirir una laptop con puerto Thunderbolt 3, o un diseño "sin herramientas" como la línea de productos para juegos Legion. La tecnología Thunderbolt de Lenovo permite conectar a la laptop una tarjeta gráfica externa. Esta opción hace que cualquier laptop cuente con la potencia de procesamiento de gráficos de una PC de escritorio, administrando de manera óptima la potencia suministrada, aligerándola mientras estamos en la calle y proporcionando las velocidades ultrarrápidas que nuestros juegos favoritos requieren cuando estamos de vuelta en casa.
Nuestra línea de laptops Legion para juegos está pensada por fanáticos para fanáticos, y ofrece las mejores configuraciones de hardware actualmente disponibles en el mercado. La serie Y de Lenovo incluye laptops que son verdaderas centrales portátiles sumamente potentes, con características realmente impresionantes, incluida una tarjeta gráfica dedicada, como la NVIDIA® GeForce® GTX 1060 con 6 GB de VRAM.
Es un muy buen momento para quienes disfrutan de los juegos aun en movimiento. Las tarjetas gráficas más recientes para laptops, tanto NVIDIA® como AMD, ya no son versiones comprometidas de sus contrapartes de escritorio. Se trata de chipsets gráficos completos especialmente pensados para los juegos más exigentes.
Elige la máquina que más te guste. Elige la tarjeta gráfica más conveniente para tu laptop. ¡Y que comience el juego!